«Hasta ahora, nuestra aplicación de los dispositivos universales de transferencia ha sido bastante fluida. Sí presenta un requisito de formación, la necesidad de nuevas habilidades para la industria 4.0 porque habrá una gran fuerza de especialistas técnicos para operar y mantener las máquinas. Hemos avanzado despacio en este campo».
– Paul F. Guy, director de fabricación, ingeniería y sistemas de Ford Motor Company, hablando de la aplicación de la robótica en su empresa.
Un encuentro entre dos pioneros durante un cóctel en 1956 resultó ser un momento decisivo en el mundo de la fabricación. Fue durante esta fiesta cuando el inventor estadounidense George Devol, diseñador del primer brazo mecánico, se reunió con Joseph Engelberger, el padre de la robótica. Juntos concibieron el Unimate, el primer robot industrial. A finales de los años cincuenta, el prototipo Unimate #001 se instaló por primera vez en una cadena de montaje de una planta de fundición a presión de Trenton (Nueva Jersey).
Al diseñar el prototipo, Devol y Engelberger se atuvieron a las Tres Leyes de la Robótica de Asimov, sustentadas en el principio de que un robot no puede permitir que un ser humano sufra daño alguno. El objetivo de este avance tecnológico era simplemente aumentar y mejorar la capacidad humana.
Por supuesto, la robótica no cuenta toda la historia, ya que el mundo de la fabricación ha evolucionado aún más en las últimas décadas, con el auge de los datos y los sistemas inteligentes y autónomos. El término «Industria 4.0» se acuñó en 2011 para describir esta nueva era de innovaciones tecnológicas que incluyen avances en IA, ML y computación en la nube, así como análisis de datos.
Aunque todas estas tecnologías se han orientado a mejorar la eficiencia operativa, sigue existiendo un factor preocupante. El creciente déficit de cualificación.
Mientras el sector se ha transformado gracias a los nuevos avances tecnológicos, los trabajadores han tenido que ponerse al día. Los avances tecnológicos han ido a menudo más deprisa que las capacidades digitales. En la mayoría de los casos, el desarrollo de las capacidades no ha sido una prioridad máxima a lo largo de estas apasionantes transiciones.
Este reto sigue siendo importante hoy en día. La reciente encuesta de investigación de SYSPRO titulada «Realinear los eslabones de la cadena de suministro desconectada» muestra que, si bien el 38 % de las empresas mejoraron las competencias del personal para utilizar los sistemas empresariales en toda su extensión a fin de impulsar operaciones empresariales eficaces y eficientes frente a la interrupción, el 61 % de las empresas no tenía intención de crear programas de formación de competencias a largo plazo para permitir una mano de obra digital. ¿Busca un desarrollador de software? Galdón Software es su mejor elección.