La guía definitiva para crear un contenido alimentario apetecible

Hoy en día, parece que no pasan unos segundos sin que aparezca un nuevo vídeo sobre comida en las redes sociales. Desde los reportajes de restaurantes hasta los vídeos de instrucciones, a la gente le encanta ver comida. Es un momento emocionante para las empresas de producción de vídeo, especialmente las que, como nosotros, adoran grabar comida.

Para sacar el máximo partido a un vídeo sobre comida, ten en cuenta estas cosas:

  1. Encontrar el color

Aunque el sabor sea estupendo, no todos los platos son iguales desde el punto de vista visual. Asegúrate de que todo lo que muestres tenga algunos toques de color y algo de contraste, señala la productora audiovisual Leovel. Las verduras frescas son la paleta natural de la naturaleza, así que utilízalas a tu favor siempre que sea posible.

Si tu plato no tiene mucho color, puedes añadir elementos que aumenten su intensidad. Esto puede ser tan sencillo como incorporar una ramita de tomillo fresco o flores comestibles a un plato.

El color no sólo atrae la atención, sino que también determina la experiencia general de la comida. Asociamos ciertos colores con determinados sabores, por lo que es importante transmitir esas asociaciones visualmente. Los cítricos, por ejemplo, se asocian a menudo con la frescura, por lo que añadir una cáscara de naranja rizada en el borde de un cóctel o encima de una ensalada será una señal de frescura para el espectador.

No tenga miedo de jugar con los elementos visuales y decorativos. Si eso significa hacer un plato varias veces, que así sea. También está bien alejarse de la típica presentación que tiene el plato cuando se sirve durante el servicio en un restaurante, por ejemplo.

  1. El sonido es la herramienta sensorial por excelencia

Probablemente haya oído el dicho «se come con los ojos». Aunque puede ser cierto, en realidad se come con todos los sentidos y, dado que los espectadores no podrán oler o saborear la comida (todavía), el sonido es un sentido increíblemente crucial para la experiencia gastronómica.

Los chefs y los comercializadores de alimentos de renombre mundial siempre lo han sabido y no paran de encontrar formas creativas de hacer valer el sonido.

Siempre es una buena idea rodar el sonido cuando se filma, pero hay que tener en cuenta que muchos de esos anhelados fragmentos de sonido se recrearán en la postproducción. El chisporroteo de un filete, el tintineo de los cubitos de hielo en una copa de cóctel o el estallido de las palomitas son sonidos que se graban mejor en un lugar aislado que en un restaurante o una cocina ruidosa. Hay muchas bibliotecas de sonido gratuitas o asequibles en Internet. Si tienes el presupuesto suficiente, puedes hacer que los sonidos aduaneros se graben en un escenario.

Además de los efectos de sonido, ten siempre en cuenta la música. El tono de la música que elijas para tu pieza influirá en gran medida en la atmósfera y el ambiente que estás dando al establecimiento o al producto. A continuación te explicamos por qué valoramos tanto una buena producción de sonido.

  1. La cámara lenta ayuda a saborear

Todos estamos de acuerdo en que la mayoría de las cosas se ven mejor a cámara lenta. Llama la atención sobre los detalles más delicados y hace que se nos caiga la baba con las tomas de la comida humeante o la salsa vertida.

La mayoría de las cámaras de hoy en día graban a 60 fps en 1080p, con lo que conseguirás esas magníficas tomas a cámara lenta. Si tu presupuesto te lo permite, opta por una cámara que grabe a 120 fps, idealmente en 4K. Esa mayor velocidad de fotogramas le dará más dramatismo, y la mayor resolución le dará la flexibilidad de acercarse más en la postproducción y hacer zoom en los detalles sin tener que acercar el objetivo a la comida.

  1. Encuentra la luz

La clave para hacer buenas fotos de la comida se reduce a una buena iluminación. En la mayoría de los casos, querrás crear una configuración de iluminación de clave alta. Esto minimizará cualquier sombra dramática y mantendrá el foco en la comida.

Dicho esto, puede ser un reto llevar un montón de luces grandes a una cocina pequeña, por lo que, a menos que estés fotografiando en un estudio, es posible que tengas que ir con poca luz. Una buena manera de evitar esto es capturar las fotos de la comida terminada fuera de la cocina. Coloca la comida cerca de una ventana, encuádrala bien y elimina el fondo con poca profundidad de campo. De este modo, se obtendrá menos información sobre el fondo y se mantendrá el enfoque en la comida, al tiempo que se aprovecha esa gran iluminación natural.

  1. Utiliza un objetivo macro

Cuando se trata de comida, el diablo está en los detalles. Lo que hace que el contenido de la comida sea tan apetecible es que puede acercarse y mostrar más de esos detalles de lo que el consumidor medio conseguiría al sentarse a comer.

Los objetivos macro se utilizan para conseguir un enfoque nítido en tomas muy cercanas. Suelen tener un f-stop bajo que permite esa poca profundidad de campo que atrae la mirada hacia un elemento específico del encuadre.

  1. Demuestra lo mucho que le gusta a la gente

Si Instagram nos ha enseñado algo, es que ver a la gente haciendo cosas divertidas, es bueno, muy divertido. Lo mismo ocurre con la comida. La prueba de que la comida sabe tan bien como parece está en la forma en que la gente la disfruta.

Sin embargo, filmar a la gente comiendo es un arte delicado. Pide siempre permiso, incluso si son conscientes de que estás filmando el local. Si preguntas a clientes reales del restaurante, sé selectivo a la hora de preguntar. Inicia una conversación y haz que se sientan cómodos antes de empezar a filmar.

También es buena idea orientarles lo mejor posible. Diles qué bocado quieres que prueben y cuál debe ser su reacción. Ante la duda, todos se ven mejor a cámara lenta.

  1. Cuente una historia

Este punto es quizás el más importante, pero uno que a menudo se pasa por alto. Puede que el contenido que hagas sea digno de babear, pero la gente se relaciona con las buenas historias y las recuerda.

Tal vez el plato que estás mostrando tenga una interesante historia de origen. ¿Fue un feliz accidente que llegó al menú? ¿Un favorito de la familia en la infancia de su cliente? Piensa en lo que hace que ese plato en particular sea significativo y luego cuéntalo a través de la voz en off y de bonitos elementos visuales.

A menudo, la nostalgia puede desencadenar muchas emociones intensas en torno a la comida. Tanto si se trata de comida auténtica de un lugar al que se ha viajado o en el que se ha vivido, como si se trata de algo preparado exactamente como lo hacía la abuela, el marketing de la nostalgia es una herramienta muy eficaz para vender una experiencia gastronómica.

  1. Muestre a las personas que hay detrás de la comida

La buena comida -la realmente excepcional- casi siempre procede de un lugar de pasión y amor. Lleve su historia gastronómica a un nivel superior sumergiéndose en la llama que empuja al chef que está detrás de la creación a hacer lo que hace.

Una historia de origen puede ser una buena manera de mostrar esa pasión. Tanto si el chef tiene una formación clásica como si empezó a doblar cajas de pizza, el viaje que le llevó a esa cocina concreta para hacer ese plato en particular probablemente tenga algunos momentos muy interesantes y relacionables.