El lanzamiento del 240Z fue un golpe de genio para Nissan. Más conocido como un fabricante de coches convencionales, su reputación entre los fabricantes de coches deportivos saltó de un plumazo con este deportivo. Fiable y económico, el 240Z preparó el camino para toda una línea de coupés, incluido el 280ZX, el último GT que llevó la insignia de Datsun.
El Nissan 280ZX coupé se distingue ante todo por una carrocería modernizada a partir de las líneas del 240Z. Los parachoques cromados, los bordes de las ventanas laterales de acero inoxidable y el interior de terciopelo recuerdan el encanto de los años 70. Sin embargo, este nuevo coupé de Nissan ha evolucionado mucho para posicionarse como un verdadero GT. Ofrece dos variantes de carrocería, un biplaza estricto y un 2+2 gracias a una distancia entre ejes 20 mm mayor. Nissan también ha mejorado la aerodinámica probando por primera vez un túnel de viento. El resultado es un Cx de 0,38 en lugar de 0,47 para el 240Z.
El habitáculo es acogedor y confortable. El asiento del conductor es ajustable en altura e incluso tiene un ajuste lumbar, algo inédito en la época. Los 3 pequeños indicadores orientados hacia el conductor son típicos de este modelo. El equipamiento es rico con un reloj de aguja, medidores de tensión de la batería, de temperatura y de presión del aceite, además del cuentarrevoluciones situado detrás del volante. Sin embargo, el volante, con sus dos radios orientados hacia abajo, es inusual para un Gran Turismo, precisa el concesionario Crestanevada Girona. El reproductor K7 estéreo de la consola central es el colmo del modernismo para los años setenta. La última baza del Datsun es el maletero de gran apertura, muy práctico en su uso, con un volumen apreciable y un asiento trasero de 1/3-2/3 que se abate para formar un suelo plano.
También ofrece una caja de cambios automática de tres velocidades o una manual de cinco velocidades tomada del 240Z.
La versión Grand Luxe viene con tapicería de terciopelo opcional, limpiaparabrisas trasero, elevalunas eléctricos, dirección asistida, retrovisores eléctricos, lavafaros, sistema de alta fidelidad, indicadores de doble graduación y el famoso T-Top, ventanillas desmontables de medio techo.
Por último, como digno heredero del 240Z, el biplaza de 1979 tarda sólo 9,2 segundos en pasar de 0 a 100 km/h y presume de una velocidad máxima de 200 km/h con cambio manual y de 180 km/h con cambio automático.
Bajo el capó del 280ZX se encuentra un viejo motor de 6 cilindros en línea heredado del 240Z. Inflado hasta los 2.793 cm3 en el 280Z, utiliza una inyección L-Jetronic de Bosch para entregar 140 CV a 5.200 rpm en su primera versión. Con una relación de compresión aumentada de 8,3:1 a 8,8:1 a partir de 1981, esta potencia subirá entonces a 150 CV.
Lejos de las prestaciones del Nissan Z, que coleccionaba victorias en competición, las del coupé 280 ZX pronto parecieron insuficientes ante la llegada del GTI. Tanto más cuanto que apenas eran mejores que las del 240Z de 1970. Para el 280ZX de aspiración natural, entre 1979 y 1980, la caja de cambios manual de 5 velocidades tiene las dos primeras marchas cortas con un eje de 3,7, y a partir de 1980 las dos primeras marchas largas y una 5ª larga con un eje más corto de 3,9. En cualquier caso, es posible pensar que los ingenieros de Nissan sacrificaron a sabiendas la aceleración en beneficio de la eficiencia del combustible. Además, el aumento de peso del 280ZX coupé no es ajeno a los malos tiempos por vuelta.
El Nissan 280ZX ofrece todo el encanto de los deportivos de finales de los setenta: una línea retro con un largo capó que alberga un suave y musical motor de seis cilindros, un interior de suave terciopelo, sin olvidar una posición de conducción típica de los GT y, la guinda del pastel, una auténtica fiabilidad. Dos categorías de aficionados se disputan este coche: los coleccionistas amantes de este tipo de GT de lujo y los que quieren comprarlo como segunda opción debido al elevado precio del 240Z.