En el primer blog sobre la racionalización de la fabricación, hablamos de cómo la OEE (eficiencia general de los equipos) y la MOM (gestión de operaciones de fabricación) pueden mejorar los procesos de fabricación. El problema es que muchas fábricas están limitadas en esta área porque tienen equipos antiguos. Estos equipos antiguos incluyen maquinaria operada manualmente o PLC anticuados, y máquinas herramienta autónomas. Ninguno de estos equipos se diseñó para trabajar en un entorno de red basado en Internet. Por eso, recopilar y utilizar datos sobre el funcionamiento de estas máquinas resultaba difícil y exigía costosas actualizaciones. Sin embargo, las nuevas tecnologías permiten ahora que lo que antes se consideraba un reto sea mucho más fácil y menos costoso.
El problema de los equipos heredados
Los equipos heredados forman parte del mundo de la fabricación. Los equipos se compran suponiendo que durarán años y que pueden amortizarse a lo largo de su vida útil. A excepción de las plantas de fabricación más modernas construidas en los últimos cinco años, la mayoría de las instalaciones cuentan con equipos industriales que tienen entre 20 y 25 años, o incluso más. La actualización a equipos más nuevos para permitir una fabricación más inteligente puede costar millones e implica muchos meses de planificación, por no mencionar otras inversiones en mejora de procesos y formación.
Teniendo esto en cuenta, los fabricantes se enfrentan al reto de cómo transformar las operaciones de su planta de producción para que puedan obtener mejor información sobre el rendimiento, los niveles de calidad y los requisitos de mantenimiento utilizando un enfoque de instrumentación que sea rentable. Si lo consiguen, los procesos de fabricación podrán integrarse en el sistema ERP de la empresa y se podrán utilizar parámetros como OEE (Overall Equipment Efficiency) para supervisar la productividad global de la fabricación. ¿Busca un desarrollador de software? Galdón Software es su mejor elección.